Reseñas

La abuela llegó

Una obra de Troop of Actors sobre la emigración reflejada en personas ancianas tomó el escenario de Artefactus Cultural Project

FOTO: Oscar P. GarciadePaula Oscarito. Tomada de Facebook.

Jorge Carrigan

11 de septiembre de 2022

MIAMI. Cuando el arte, además del placer estético que produce, se ocupa de temas que clavan sus raíces en lo más profundo del espíritu humano y nos arranca emociones genuinas, podemos decir que ha cumplido su función. Los que nos reunimos el viernes 2 de septiembre en Artefactus fuimos testigos del esperado estreno de Welcome Abuela, una puesta en escena de la compañía Troop of Actors, dirigida por Leopoldo Morales sobre un texto de Nitsy Grau. Este espectáculo es el fruto de una investigación que ha tenido como testigos a un numeroso grupo de personas de la tercera edad que generosamente accedieron a compartir sus historias, sus alegrías y sus tristezas.

Como parte del mismo proyecto, ya se han estrenado las obras Clara y Amado (2020) y Pepito y Florentino (2021) ambas de manera virtual, pero Welcome Abuela es la primera pieza de este proyecto que se estrena de manera presencial y se convierte en algo especial porque los que han ofrecido sus testimonios pueden compartir con el público esta obra que contiene una parte importante de sus propias vivencias.

Las motivaciones de muchos abuelos que, a pesar de sus años, han atravesado la selva del Darién y el Río Bravo son el objeto del proyecto. Este, todavía en curso, indaga en las historias de emigrantes de más de 70 años para luego convertirlas en piezas de teatro. Y el objetivo único y expreso era darle voz a aquellos a los que muchas veces no atendemos porque pensamos que no lo necesitan. Tanto el texto como la puesta en escena mueven la acción de manera no lineal para narrar la vida de esta abuela que es muchos de los personajes que han entregado el testimonio de sus encuentros, sus diferencias, sus amores y sus miedos.

FOTO: Oscar GarcíadePaula Oscarito. Tomada de Facebook.

Así, el tema de las migraciones y, en particular, las historias de cubanos que han salido de la isla para establecerse en otras latitudes son el corazón de este proyecto. A la vez, Welcome Abuela adquiere visos de desventura por tratarse de una abuela que se dispone a rehacer su vida cargando con un pasado que ha quedado atrás. Blanca y Gaby deberán compartir un espacio pequeño. Blanca trae en una maleta sus vivencias, los recuerdos que ha atesorado toda la vida y ahora tiene que reubicar en una nueva ciudad, en un nuevo país, en un nuevo mundo. Las diferencias generacionales, que en muchas ocasiones crean abismos insondables entre padres e hijos, y sobre todo entre nietos y abuelos, alimentan el conflicto entre Blanca, la abuela recién llegada, y Gaby, la nieta que vive en otro mundo. Sin embargo, en este caso no se trata sólo de un conflicto generacional, sino, y sobre todo, de un desencuentro entre distintas realidades, distintas maneras de vivir en contextos muy diferentes.

Párrafo aparte merece la reiterada acción de Blanca, que insiste en abrir la ventana mientras que Gaby prefiere mantenerla cerrada. Esta acción se me antoja metáfora de la intención de la abuela, que quiere propagar sus recuerdos, compartirlos, dejarlos salir para que todos los conozcan, y la intensión opuesta de la nieta, que prefiere silenciar aquellas historias que le son ajenas y que supone que a nadie importan.

FOTO: Oscar GarcíadePaula Oscarito. Tomada de Facebook.

La insularidad, la maldita circunstancia del agua por todas partes que nombrara Virgilio Piñera, en este caso representada por el río, se expresa desde la concepción misma de la escenografía y es parte indisociable de la historia de esta abuela que se ha visto obligada a ir dejando cada pedazo de su vida en esa agua que acaba de cruzar. La reiteración del verde en muchos de los elementos que pueblan la escena podría relacionarse con la esperanza, o tal vez sea el color que trae en sus pupilas la abuela y que la define.

La caracterización de los personajes nos permite identificar inmediatamente sus procedencias. En la interpretación de la joven Gaby no queda duda que, tanto por el vestuario como por su actitud en el escenario, se trata de una chica “de aquí”. En Blanca se reconoce una señora mayor y “de allá” pero se agradece en particular que, tanto el director como la actriz, no caen en el cliché de representarla como una imagen de la abuela decimonónica, con el pelo recogido en un moño y un vestido negro con pechera de encaje que tantas veces nos presentan en el teatro.


FOTO: Oscar GarcíadePaula Oscarito. Tomada de Facebook.

Esta abuela es de hoy y es lo suficientemente lúcida para sufrir la desnaturalización del emigrante con toda intensidad porque, además, ella no ha llegado para vivir entre extraños. Esta abuela siente la incomprensión de sus seres queridos. Se agradece, además, que esta obra transite por el conflicto humano sin entrar, más que en lo que requiere el asunto, en el tema político, que habría afectado la dimensión humana del problema; aun cuando la necesidad de emigrar de millones de personas en todo el planeta permanece detrás de cada palabra dicha o sugerida.

En fin, muchas gracias una vez más a Nitsy y Leopoldo por esta obra y por todo el trabajo que están desplegando, y por el propósito de mover este tema desde el teatro.